sábado, 8 de noviembre de 2008

Siempre al día - Reverte

Como dije en un comentario, voy a poner algunos interesantes artículos de Arturo Pérez Reverte que he encontrado en los libros en los que se recopilan. Hoy empezamos con uno llamado "Siempre al día" (de finales de 1999, por cierto):


Vaya, hombre. Resulta que se habían equivocado. Resulta que todo fue un error de lo más tonto, y que ahora la Iglesia católica y el papa de Roma le piden disculpas a Lutero. Metimos la gamba, dicen. Gambetta metita, excusatio petita. Reconocemos que se nos fue un poco la mano, Lute, chaval. Unas hogueritas de más, o sea. Tampoco la cosa fue para tanto, comparada con la que tú nos liaste, colega, con las tesis de Wittenberg y la Liga de Smalcalda y el cisma y la madre que te parió. Total, unos cuantos chicharrones por aquí y por allá, leña al hereje hasta que hable inglés y todo eso. Cosa de los tiempos y de las costumbras. Al fin y al cabo, nosotros mandábamos quemar los cuerpos para salvar las almas. Y conste que siempre torturamos con cuerda, agua y fuego para no derramar sangre, y que la última pena la aplicaba el brazo secular. Además, cuando un perro luterano, perdón, un hereje, un hermano en Cristo desorientado, abjuraba a pie de quemadero, teníamos el detalle de hacerlo estrangular antes de que ardiese la pira, y así iba al cielo sin decir palabrotas al sentir luego las llamas, y condenarse. Además, como dice el tango, cuatro siglos no es nada. ¿Qué suponen tropecientos mil encarcelados y torturados y degollados y quemados en comparación con la inmensidad del océano y el tictac de la eternidad? Nada. Un charquito, un momento de je ne sais pas quoi. Así que perdona y olvida, tío. Pelillos a la mar.

Es curioso esto de la Iglesia católica y el perdón. Siempre lo pide tarde. Y no hay que remontarse al XVI o a los calabozos de la Inquisición. El sistema sigue vigente, con las actualizaciones obligadas. Que se lo pregunten a los teólogos disidentes, a los obispos alemanes y sus centros de asoseramiento sobre el aborto, a los de la Iglesia de la Liberación, a los curas guerrilleros, a los que no se tragaron ni tragan con el cerrojazo de la mafia polaca. Ya no te queman, claro; pero son capaces de aplastarte en vida, si estás en el engranaje y gastas alzacuello, o amargarte y manipularte la existencia si andas en la periferia. La base del sistema es la misma: primero se plantea el o tragas, o palmas: la intransigencia, y el dogma, y la infalibilidad del papa y la revelación de san Apapucio bendito, que tiene hilo directo con la zarza ardiente. Luego, cuando se caen los palos del sombrajo y la propia naturaleza de las cosas y de la Historia pone las cosas en su sitio, y todo resulta tan evidente que no hay más hilo que darle a la cometa, entonces vienen el acto de reparación pública, y el donde dije Digo digo Diego. Y el hablar de reconciliación y de tolerancia. Y a todos aquellos a quienes les arruinaron la vida, a Galileo, a los judíos, a los moriscos, a los herejes, a los disidentes, a los quemados y a los desterrados y los degollados, a las supuestas brujas de catorce años, y a las víctimas del fanatismo y del Dios lo quiere, a ésos que les vayan dando.

A mí, francamente, que cuatro siglos después de Trento la Iglesia católica le pida perdón a Lutero, me importa un carajo. Lo que me pregunto es, a ese ritmo de contrición, cuánto tiempo tendrá que transcurrir todavía para que tal perdón le sea pedido a todos los curas y teólogos arrojados a las tinieblas exteriores por sus posturas sobre la actividad social de su ministerio, o sobre el celibato. O para que se deploren tantas ejecuciones ante fusiles rociados con agua bendita, torturados y arrojados al mar drogados y desnudos, desde aviones donde un páter impartía la absolución sub conditione. O para que Roma pida perdón a los homosexuales por tantas pobres vidas arruinadas en siglos de represión, marginación y desprecio, o lamente tantos matrimonios guiados hacia la frustración desde ciertos cerriles confesionarios. A ver cuándo se disculpa alguien por las niñas obligadas a ser madres porque todo embrión es sagrado. O por las víctimas del fanatismo, la ignorancia, el odio étnico y el tiro en la nunca fraguados en sacristías. Por las infelices mujeres que aún se desangran en abortos clandestinos. Por tantos matrimonios atados en el cielo e indisolubles en la tierra, pero disueltos por tribunales eclesiásticos previo pago de su importe. O por los millones de africanos que en los próximos años morirán de Sida, porque resulta que el preservativo impide la procreación; y todo acto sexual que no se encamina a la procreación es condenable.

Ya ven. Toda esa bagatela pendiente, y Roma nos sale ahora con Lutero. Menuda prisa se dan mis primos. Así no me extraña que les escasee la clientela.

Y eso es todo. Ahí tenéis un gran artículo, y quizás mañana haya otro (puede que pase directamente a uno que tiene mucho que ver con este mísmo, para seguir y acabar ya con el tema). ¿Que os parece?


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que decir que Pérez-Reverte es un escritor sublime, de echo acabo de leer un artículo suyo en una revista y me estoy leyendo un libro suyo también (La piel del tambor, leetelo se que te va a gustar) pero no cabe duda de que es una gilipollas integral y un fascista. Vale, puede que en este artículo si que tenga razón pero, es lo que es y punto.

LukaNieto dijo...

Bueno, entonces estamos de acuerdo en la única cosa que has dicho respecto al artículo en sí: tiene razón.

Y de fascista poco. Por así decirlo, se rie de ambos bandos.

Bueno, ahora pondré otro artículo.

PD. Ya me recomendó mi hermano "La piel del tambor". Lo tengo ahí, en la estantería de atrás.

Anónimo dijo...

Vale, dejemoslo en anti-euskadi. o bueno.. como el prefiere yamarnos "vascongadas" y ¿quien emplea esa palabra?

LukaNieto dijo...

Ya que andamos con lo de anti-Euskadi, pondré luego -o mañana, que hoy ya he puesto un artículo más, "Pinchos magrebíes"- un artículo sobre el tema, que es una carta de respuesta a un tal Iker de por aquí.

Personalmente, no estoy de acuerdo con todo lo que dice Reverte en el artículo que digo, pero de todos modos se merece una lectura porque alguna verdad que otra ya dice. Eso sí, Itsaso, prepárate, porque incluso a mi mi chispean los ojos con algún comentario que hace, así que lo que es gustar, no te gustará lo que dice.

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