domingo, 26 de julio de 2009

Harry Potter and the Half-Blood Prince - Review

Han pasado ya casi un par de semanas desde el lanzamiento de la última película que narra las aventuras de Harry Potter. Esta vez, se trata de "El Príncipe Mestizo" o como se le conoce en España debido a una incomprensible decisión de la editorial, "El Misterio del Príncipe".

Primero, debo decir que para ir a ver esta película hay que ir con la mente preparada para ello. He oído duras críticas por parte de fanáticos obsesivos del libro que desechan la película sólo porque no es 100% fiel al libro; y me temo, señores, que incluso decir esto es una estupidez. Es la película más fiel al libro después de las dos primeras, que eran tan fieles que aburrían.

Respecto a si es la mejor o no, eso es ya muy subjetivo. Es mi preferida porque me ha hecho reír de verdad. Me ha hecho descojonarme, quiero decir. Recuerdo que todo el cine se descojonaba vivo, sin poder contenerse, en ciertas escenas. Y eso se merece un premio: han sabido hacer que el trasfondo de relaciones amorosas sea, más que nada, cómico.

En cambio, esa también ha sido una queja de la película. Que se centra demasiado en el trasfondo y deja la trama principal (los recuerdos de Voldemort y El Príncipe Mestizo) en segundo plano. No dejo de ver la ironía cuando esto lo dice un fanboy del libro, teniendo en cuenta que la revelación del Príncipe Mestizo es tan intrascendental como lo es en la película. Respecto a los recuerdos de Voldemort y los Horrocruxes, no puedo sino estar de acuerdo: aunque todos los recuerdos alargarían demasiado la película, cinco minutos más de explicación respecto al pasado de Voldemort y a qué cree Dumbledore que son los Horrocruxes no habría venido de más.

El problema es: ¿qué se puede sacrificar de esta película? Aunque la subtrama amorosa toma en efecto demasiado protagonismo, realmente no sobra ninguna escena. Y ha salido una película de dos horas y media. En cambio, insisto: habría venido muy bien una explicación breve por parte de Dumbledore respecto al pasado de la familia de Voldemort y alguna que otra insinuación hacia los posibles horrocruxes sobrantes.

La ausencia total de la copa de Hufflepuff, la mención a Nagini como posible Horrocrux y demás ha sido muy criticada, pero no porque se eche en falta en la película (para el que no haya leído el libro, no hay problema alguno), sino para lo que harán en Las Reliquias de la Muerte. Yo, en cambio, estoy seguro de que no tendrán problemas para la próxima película, ya que al fin y al cabo serán dos películas: tendrán tiempo de sobra para dar solidas razones a Harry en su búsqueda de estos objetos.

Aunque haya echado en falta algo más de anticipación para la próxima aventura, no me he dejado llevar por la ira como muchos han hecho. La película me ha encantado. Y no sólo como adaptación, sino como película. Por primera vez, me parece que una película de Harry Potter es digna de ser llamada buena película. La actuación de los jóvenes actores y actrices ha mejorado una barbaridad, y el elenco de actores veteranos se ha lucido como de costumbre: Maggie Smith, Alan Rickman y Helena Bonham Carter hacen tan bien su trabajo en esta película como McGonagall, Snape y Bellatrix que me daba ganas de aplaudir cada vez que tenían una escena. Robbie Coltrane como Hagrid, como de costumbre, hace que te olvides por completo de que es Robbie Coltrane; Hagrid en esta película ES Hagrid.

Mención aparte, por supuesto, se merecen Jim Broadbent y Michael Gambon. Despacharé primero a Gambon, porque es extraño apartarlo de sus compañeros de rodaje. ¿Porque lo he hecho? Porque aunque Gambon lleva ya desde la tercera película actuando como Dumbledore, hasta ahora no ha actuado realmente como Dumbledore. Es cierto que su papel en la tercera no estaba nada mal, a pesar de lo poco que aparecía, pero en la cuarta el personaje se desfiguró de una manera que, me temo, tenía más que ver con el guión que con el actor. Aunque en la quinta recuperó algo de su magia, no es hasta esta película que ES realmente Dumbledore. Y sí, lo ha bordado.

Jim Broadbent como Slughorn también ha sido una grata sorpresa. Le habrán quitado el mostacho, pero le han dado mucha más personalidad que en el libro. Si habéis visto la película ya sabéis de lo que hablo, y sino, deberías verla porque es indescriptible. Le han dado matices que en el libro no tenía, y se agradece.

También debo mencionar a Tom Felton como Draco Malfoy, aunque debería dejar claro que -por mucho que el actor haya mejorado visiblemente- su mejora es más por guión que por actuación. Y es que, al contrario que en el libro, se han centrado bastante en él y en como avanza su estado de ánimo. Aunque esto se llega a vislumbrar en el libro, las aventuras de Rowling son casi exclusivamente desde el punto de vista de Harry, mientras que en las películas se pueden tomar más libertades. Y lo agradezco, porque merece la pena ver su frustración y sobre todo las pruebas que hace para que funcione el armario evanescente.

Y a esto quería llegar. La película consigue atar ciertas tramas y mostrar ciertos acontecimientos mejor que el libro mismo. La más-evidente-que-nunca relación entre Ron y Hermione está mejor así que vista tras los ciegos ojos de Harry Potter, podemos ver con más claridad la personalidad de los demás personajes, y el final es mucho más satisfactorio en la película.

El final, el final... cuantas quejas con el endemoniado final. Hay quien lo odia, hay quien lo acepta, y pocos que lo amen. A mi me encanta, la verdad. Analicemos los cambios: en el libro Harry lleva la capa de invisibilidad y Dumbledore le petrifica en cuanto aparece Draco, para que no intervenga. Cuando Dumbledore muere, Harry se siente impotente por no haber podido hacer nada.

En la película, en cambio, Dumbledore le ruega que se esconda diciéndole que confíe en él, en vez de petrificarle. Esto crea un lazo indestructible entre ambos personajes. Y no sólo eso: en la película, Harry deja subir a Snape a lo alto de la torre, ya que por una vez en su vida confía en él. Tras seis años de desconfianza, confía en él porque Dumbledore confía en él, y sólo por ello, Dumbledore muere. Aunque la cosa cambia de rumbo en la última entrega de la saga, lo que de momento implica esto para Harry es que ha dejado morir a Dumbledore. No se siente sólo impotente, como en el libro, sino incluso culpable. Y esto hará que sea mucho más significativa la escena en la que Snape se redime en el próximo libro, ya que también significará que Harry no tiene la culpa de nada.

Otro cambio del final es que se han saltado la lucha en el vestíbulo. Técnicamente, la vemos; mientras Bellatrix destroza el Gran Comedor, los demás mortífagos acaban con el único auror que había patrullando. Aunque esto es ciertamente desconcertante para el que haya leído el libro y se esperara una lucha épica, en mi opinión tiene sentido: acabamos de presenciar la muerte de Dumbledore, una escena triste, y es el momento de perseguir a Snape gritando como loco a través del bosque ayudado por música triste, no el momento de una lucha épica al estilo de la quinta película. El momento de tensión ha sido en la cueva; ahora es el momento de la conclusión de la película. Además, haría que la lucha final en el castillo de la última película fuera repetitiva.

La actuación ha mejorado mucho, ciertas tramas se resuelven mejor (aunque echo en falta más conversaciones con Dumbledore respecto a Voldemort y los Horrocruxes) y los efectos especiales están mejor que nunca. Es una gran película y os la recomiendo a todos, hayáis leído el libro o no.

1 comentarios:

Ashura Blood dijo...

buena critica! es cierto que los jovenes actuan bastante mejor, pero para mi gusto la actuacion de Daniel tiene que mejorar muchisimo aun, en la primera pelicula fue horroroso, como tu dices fue mejorando, pero aun pone muecas que no vienen al momento... no me es creible en absoluto.

Saludos

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