jueves, 11 de septiembre de 2008

A un hombre de gran nariz - Quevedo

Quevedo creo este "A un hombre de gran nariz" con toda la amabilidad del mundo referenciando a su "amigo" Góngora.
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativo
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
Siempre me hizo gracia esta obra de Quevedo, y la verdad es que quizás sea una de mis favoritas, aunque eso no es decir mucho: al fin y al cabo, ni he leido mucha poesía de él ni de nadie, ya que soy más de novelas. En cambio, ciertas obras de arte hay que reconocerlas, y helo aquí.

1 comentarios:

PhyOS dijo...

Nunca había leído esta poesía (la verdad es que, al igual que tú, prefiero la prosa) pero me ha gustado mucho. Bastante simple en cuanto a estructura, pero graciosa y entretenida de leer. (Que ya es mucho, pocas obras de este tipo me interesan leer hasta el final sin dejarlo a medias).

Saludos

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