GTA IV - Por los pequeños detalles y por los que no lo son tanto

Los videojuegos llevan un par de decadas siendo bastante influyentes en la vida cotidiana de mucha gente, más aun en los últimos años, y es una de las formas de entretenimiento más entretenidas (valga la redundancia), ya que eres tú mismo quien desarrolla la acción. Sea cual sea. Pero ahí esta el quid: hay muchos tipos de juegos. Carreras, disparos, aventura, de vida diaria, casuales (minijuegos, etc...).

Luego está GTA IV. Un juego de coches, disparos, aventuras, vida cotidiana, y con minijuegos. Si tenemos en cuenta este hecho, que mezcla gran parte de los géneros principales, no es de extrañar que haya triunfado. De hecho, a día de hoy, a pocos días de su lanzamiento, ya es record de ventas. Record Guiness, de los de verdad.

Pero no me voy a dedicar a hablar de las misiones, ni de los modos de juego multijugador, ni a hablar tecnicamente sobre sus gráficos... ni nada de eso. ¿Por qué no voy a hacer esto? Pues porque ya lo ha hecho todo quisqui a lo largo y ancho de la red, así que no me voy a molestar en repetirme. Me apetece hablar del juego, de las pequeñas cosas que verdaderamente me han gustado, y si no habéis jugado descubrireis, y si ya lo habéis hecho, rememorareis. Sea como sea, espero que sea de vuestro agrado.



Este es un juego de los de verdad. Vaya que sí. Tiene de todo: un hombre a sus anchas por una ciudad misteriosamente parecida a Nueva York, con coches y todo tipo de vehículos a su disposición (no es rico, pero oye, sabe robar; de eso ya hablaremos), con muchas ganas de repartir caña. Además, puedes jugar a los bolos. ¿Que más puedes pedir de un juego, eh?

Para empezar, el personaje principal, Niko Bellic, es mucho más carismático que ninguno de los anteriores en la saga (vamos, que hasta Vice City ni hablabas, y de todos modos en ese juego y San Andreas no eras más que un bocazas). Es gracioso (con un sentido del humor algo amargo, eso sí, pero teniendo en cuenta como le ha ido la vida, me sorprende que pueda seguir sonriendo). Con él, acabas pensando que de verdad te gusta ese personaje, porque es simplemente la ostia, y el que diga lo contrario, recibirá un par de soplamocos bien dados por un antiguo soldado con ganas de repartir leña.

Para seguir, aunque tenemos un personaje principal que de por sí es como un dios, pero sin perder realismo y carisma (mezcla muy peligrosa, pero que ha salido bien), los personajes secundarios tampoco se quedan atrás. Está tu primo Roman, un mentiroso compulsivo, creído, pero en el fondo un bonachón; además, nunca dejan de ocurrirle cosas malas (que si un disparo en el estomago por aquí, que si un negocio quemado por allá... el pan de cada día, vamos). Hay otros también, como Little Jacob, con el que uno tiene que tener cuidado al ir en coche (fuma en grandes cantidades, y no es tabaco), y otros personajes con los que seguro que reirás. También estan los personajes a los que odiaras desde el primer instante... o sea, la mayoría de tus jefes (Vlad, su jefe, el poli, ...).



Además, en este juego sientes de verdad que subes de escalafón en la cadena de mando de los "malotes" de la ciudad. ¿Y como han conseguido esto? Pues haciendo que acabes matando casi a cada jefe para el que trabajas, practicamente, y en cierto modo los suplantas. Eso sí que es vida.

Luego está la ciudad, un personaje por sí mismo. Es La Ciudad. La Gran Manzana corrupta. La Manzana podrida de América. O sea, un maldito caos desde el primer instante en el que la pisas. Coches de todo tipo, gente haciendo de todo (es impresionante ver como un tío lee el periodico tranquilamente, se pone a llover, y el tío corre a resguardarse, mientras se protege la cabeza con el periodico), y en general la sensación de una ciudad viva. Podría serlo más, llegando al 100% de realismo, pero la consola simplemente explotaría.

Volviendo al personaje, pero de un modo algo más técnico, ahora hace las cosas de una forma más realista. En los juegos anteriores, practicamente todos los coches estaban abiertos para ti, y además de eso no necesitabas hacer un puente o tener la llave; consistía en entrar y acelerar. Ahora, si la puerta está cerrada (o sea, cualquier coche aparcado), rompe el cristal, la abre por dentro, y una vez sentado hace un puente. Sí, quizás abre la puerta muy rápido, y el puente lo hace en solo tres segundos, pero creo que han encontrado el equilibrio perfecto entre jugabilidad y realismo, porque tampoco era plan de estar acechando media hora para robar un coche. Luego, las animaciones del personaje (y de todo el mundo, en realidad), son buenísimas, creo que gracias al motor físico, Euphoria (otros como Star Wars The Force Unleashed lo utilizan con buenos resultados también).



También están las pequeñas cosas. Por ejemplo, las explosiones nunca han sido un punto fuerte del juego, y quizás excepto en GTA III siempre han ido muy por detrás en la calidad de este tipo de efectos comparando con otros juegos de la época. Ahora no. Es una verdadera gozada ver explotar un coche, o mejor, una cadena entera de coches. El efecto es simplemente impresionante. Si se trata de un helicoptero cayendo en mita dde la carretera y explosionando, ya ni te digo.



La única pega que le encuentro al juego es la vegetación. Los arboles apenas han mejorado desde GTA San Andreas, y tampoco hay un gran cambio desde GTA III, y se está dejando notar. Con otros juegos como Crysis con vegetación tan realista e interactiva, no era mucho pedir unos arboles un poco más realistas visualmente, y quizás que fueran físicamente manipulables (ya me dirás tú porque puedes cargarte fácilmente una farola, pero no un pequeño arbolito).

La verdad es que no sé si es por las pequeñas cosas, esos detalles que te hacen sonreir, o por lo espectacular que es el juego en general, pero este juego se merece un maldito diez.