lunes, 27 de agosto de 2007

Nuevo vídeo de FG & Texto de HP

¡Buenas tardes!

Vengo con el vídeo que prometí (también de Padre de Familia), en el que Peter trata de intimar con su mujer, pero al estar ciego, lo hace con... su hijo Chris xD



Es buenísimo... ¡Disfrutad!

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Y ahora, un texto de Harry Potter 7 (and the Deathly Hallows) que merece una mención. Estaba en versión original, pero lo traduciré para los no angloparlantes.


Extracto del Capítulo 36, El fallo en el plan
[La lucha final entre Potter y Voldemort - Quizás haya que tener algo de conocimiento de libros anteriores y del 7º]

-¡Protego! -rugió Harry, y el Hechizo Protector se extendió a lo largo de toda la habitación, y Voldemort buscó con la mirada la fuente del hechizo mientras, finalmente, Harry se quitaba la Capa de Invisibilidad.
El grito de impresión, las aclamaciones, y los múltiples gritos de "¡Harry! ¡ESTÁ VIVO!" fueron sofocados inmediatamente. La gente estaba asustado, y el silencio cayó abrupta y completamente mientras Voldemort y Harry se miraban entre ellos, y empezaban, al mismo tiempo, a circundarse.
-No quiero que nadie más trate de ayudar -dijo Harry en voz alta, la cual sonó como un fuerte sonido de trompeta-, tiene que ser así. Tengo que ser yo.
Voldemort silbó.
-Potter no quería decir eso -dijo, con los ojos rojos de par en par-, no es así como funciona, ¿verdad? ¿A quien vas a utilizar como escudo hoy, Potter?
-A nadie -dijo simplemente Harry-. No hay más Horrocruxes. Sólo estamos nosotros. Ni uno puede vivir mientras el otro sobreviva, y uno de nosotros está a punto de irse por el bien...
-¿Uno de nosotros? -se burló Voldemort, y todo su cuerpo se tensó y sus ojos rojos le miraron fijamente. Una serpiente estaba a punto de atacar-. ¿Crees que serás tú, el chico que ha sobrevivido por accidente, y sólo porque Dumbledore estaba tirando de la cuerda?
-¿Es que fue un accidente cuando mi madre murió para salvarme? -preguntó Harry. Todavía estaban moviéndose de lado, ambos, en aquél circulo perfecto, manteniendo la misma distancia uno de otro, y para Harry ninguna cara existía aparte de la de Voldemort-. ¿Accidente, cuando decidí luchar en el cementerio? ¿Accidente, que no me haya defendido esta noche, y aun sobrevivido, y vuelto para luchar de nuevo?
-¡Accidentes! -gritó Voldemort, pero aun no atacó, y los espectadores estaban congelados, como petrificados, y de todos en el vestíbulo, nadie parecía estar respirando excepto ellos dos-. ¡Accidentes, oportunidades, y el hecho de que te agachaste y escondiste tras las ropas de hombres y mujeres más grandiosos que tu, y permitirme a mí matarlos por ti!
-No matarás a nadie más esta noche -dijo Harry mientras se movían en círculos, y se miraban fijamente en sus respectivos ojos, verdes y rojos-. No serás capaz de matar a nadie más, nunca más. ¿No lo comprendes? Estaba preparado para morir para frenar que hirieras ha esta gente...
-¡Pero no moriste!
-Esa era mi intención, y con eso bastaba. He hecho lo que mi madre hizo. Están protegidos contra ti. ¿No te has dado cuenta que ninguno de los hechizos que les has lanzado están funcionando? No puedes torturarles. No puedes tocarles. ¿No aprendes de tus errores, verdad, Riddle?
-¡Te atreves a...
-Sí, me atrevo -dijo Harry- Sé cosas que tu no sabes, Tom Riddle. Sé muchas cosas importantes que tu no sabes. ¿Quieres escuchar algunas, antes de cometer otro enorme error?
Voldemort no habló, sino que siguió moviéndose en círculos, y Harry supo que le había dejado temporalmente a raya, inmóvil ante la debilísima posibilidad de que Harry supiera de hecho un secreto final...
-¿Es el amor de nuevo? -dijo Voldemort, burlándose con su rostro de serpiente - ¿La solución favorita de Dumbledore, amor, la cual decía que conquistaba la muerte, aunque el amor no le impidió caer desde la torre y romperse como una vieja figura de cera? El amor, que no me previno de apartar del medio a tu madre sangre sucia como una cucaracha, Potter. Y nadie parece amarte demasiado para correr hacía ti esta vez y recibir mi maldición. ¿Así que que te impedirá morir ahora cuando yo ataque?
-Sólo una cosa -dijo Harry, y aun se movían en círculos, apartados únicamente por nada más que el último secreto.
-¿Si no es amor lo que te salvará esta vez -dijo Voldemort-, debes creer que tienes magia que yo no tengo, o algún arma más poderosa que la mía?
-Creo ambas cosas -dijo Harry, y vio como la impresión revoloteaba a través de su rostro de serpiente, aunque esta fue instantáneamente disipada; Voldemort comenzó a reír, y aquél sonido era más terrorífico que sus gritos; sin humor e insano, hizo eco por todo el silencioso vestíbulo.
-¿Crees que TÚ sabes más magia que yo? -dijo él- ¿Más magia que YO, que Lord Voldemort, quien ha realizado magia que ni siquiera Dumbledore pudo nunca soñar?
-Oh, sí que soñó sobre ella. -dijo Harry-, pero sabía más que tu, sabía suficiente para no hacer lo que tu sí que has hecho.
-¡Quieres decir que el era débil! -gritó Voldemort- ¡Demasiado débil para atreverse, demasiado débil para coger la magia que había sido suya, la cual será mía!
-No, el fue más inteligente que tu -dijo Harry- mejor mago, mejor hombre.
-¡Yo traje la muerte de Albus Dumbledore!
-Creías que lo habías hecho -dijo Harry- pero estabas equivocado.
Por primera vez, la muchedumbre se revolvió mientras los centenares de personas alrededor de las paredes tomaba aire como una sola.
-¡Dumbledore está muerto! -Voldemort soltó las palabras a Harry como si pensara que estas le fueran a causar un daño imperecedero- ¡Su cuerpo decae en la tumba de mármol en el terreno de este castillo, lo he visto, Potter, y no volverá!
-Sí, Dumbledore está muerto -dijo Harry con calma-, pero tu no eres quien le mató. Él eligió su propia manera de morir, la eligió meses antes de morir, preparó todo con el hombre que tu creías sirviente tuyo.
-¿Que sueño infantil es ese? -dijo Voldemort, pero aun no atacó, y sus ojos rojos no dudaron de los de Harry.
-Severus Snape no estaba contigo -dijo Harry- Snape estaba con Dumbledore, con Dumbledore desde el momento en el que comenzaste a cazar a mi madre. Y tu nunca te diste cuenta, por el tema que tu no puedes comprender. ¿Nunca viste el Patronus de Snape, verdad, Riddle?
Voldemort no respondió. Continuaron moviéndose en círculos como lobos a punto de echarse uno encima de otro.
-El Patronus de Snape era un una cierva -dijo Harry- el mismo que el de mi madre, porque él la amaba desde casi toda su vida, desde el momento en el que eran niños. Deberías de haberte dado cuenta -dijo él, mientras veía como la nariz de Voldemort se hinchaba-, ¿te pidió que la dejaras vivir, verdad?
-La deseaba, eso era todo -dijo Voldemort con desprecio- pero cuando se fue, estuvo de acuerdo en que había otras mujeres, y de sangre limpia, más digno de él...
-Claro que te contó eso -dijo Harry- ¡pero era un espía de Dumbledore desde el momento en el que la amenazaste, y ha estado trabajando en tu contra desde entonces! ¡Dumbledore ya estaba muriendo cuando Snape acabó con él!
-¡Eso no importa! -chilló Voldemort, que había estado siguiendo cada palabra con atención, pero ahora se reía con locura- ¡No importa si Snape estaba conmigo o con Dumbledore!, o que minúsculos obstáculos hubieran intentado poner en mi camino! ¡Acabé con ellos como acabé con tu madre, el supuesto gran amor de Snape! Oh, pero todo tiene sentido, Potter, en modos que tu no entiendes!
'Dumbledore intentaba alejarme de la Varita Antigua! ¡Intentó que Snape fuera el verdadero maestro de la varita! ¡Pero yo llegué antes que tú, chiquillo. Alcancé la varita antes de que tu pudieras poner tus manos en ella, lo comprendí antes de que aparecieras. ¡Maté a Severus Snape hace tres horas, y la Varita Antigua, la Vara de la Muerte, la Varita del Destino es verdaderamente mía! ¡Los últimos planes de Dumbledore fueron mal, Harry Potter!
-Sí, fueron mal -dijo Harry- estás en lo cierto. Pero antes de que intentes matarme, te aconsejaría que pensaras en lo que has hecho... piensa, y intenta arrepentirse, Riddle...
-¿De que hablas?
Ninguna de las cosas que Harry le hubiera dicho, más allá de ninguna revelación, nada le había impresionado a Voldemort como aquello. Harry vio sus pupilas contraerse como finas rajas, vio como la piel alrededor de sus ojos se emblanquecía.
-Es tú última oportunidad -dijo Harry- es todo lo que te queda... he visto lo que serás sino.. ser un hombre... intenta... intenta arrepentirse...
-¡Te atreves a...-dijo de nuevo Voldemort.
-Sí, me atrevo. -dijo Harry- porque el último plan de Dumbledore no me salió por la culata a mi, sino a ti, Riddle.
La mano de Voldemort temblaba en la Varita Antigua y Harry sujetó la de Draco fuertemente. Sabía que el momento estaba a punto de llegar.
-Esa varita todavía no funciona apropiadamente para ti, porque asesinaste a la persona equivocada. Severus Snape nunca fue el verdadero maestro de la Varita Antigua. Nunca derrotó a Dumbledore.
-Él mato...
-¿No me estás escuchando? ¡Snape nunca venció a DUmbledore! ¡La muerte de Dumbledore estaba planeada entre ellos dos! Dumbledore quería morir sin ser vencido, como el último verdadero maestro de la varita! Si todo hubiera ido como había planeado, el poder de la varita habría muerto con él, porque nadie se la hubiera ganado!
-¡Pero entonces, Potter, el bueno de Dumbledore me dio la varita! -la voz de Voldemort resonó con malicioso placer-. ¡Robé la varita de la tumba de su último maestro! ¡Me la llevé en contra de los deseos de su último maestro! ¡Su poder es mio!
-¿Aun no lo comprendes, verdad, Riddle? ¡Poseer la varita no es suficiente! Tenerla, usarla, no la hace verdaderamente tuya. ¿No escuchaste a Ollivander? La varita elige al mago... la Varita Antigua reconoció a un nuevo maestro antes de que Dumbledore muriera, alguien que nunca puso la mano encima de ella. Su nuevo maestro le arrebató la varita a Dumbledore en contra de su voluntad, sin darse cuenta nunca de lo que había hecho, o que la varita más peligrosa del mundo fuera ahora suya...
El pecho de Voldemort se inchaba y desinchaba rápidamente, y Harry podía sentir la maldición viniendo, sentirla siendo construída dentro de la varita que apuntaba a su cara.
-El verdadero maestro de la Varita Antigua era Draco Malfoy!
La impresión se mostró en el rostro de Voldemort durante un momento, pero pronto desapareció.
-¿Pero que importa? -dijo suavemente- Aunque estés en lo cierto, Potter, eso no cambia nada entre tu y yo. Ya no tienes la varita de Fénix: sólo combatimos por habilidad... y después de matarte, podré ocuparme de Draco Malfoy...
-Pero llegas demasiado tarde -dijo Harry-. Has perdido tu oportunidad. Llegué yo primero. Vencí a Draco hace semanas. Le quité la varita.
Harry crispó la varita de espino, y sintió los ojos de todos en el vestíbulo sobre ella.
-¿Así que todo acaba aquí, verdad? -susurró Harry. - ¿Sabe la varita que está en tus manos que su último maestro fue desarmado? Porque sí lo sabe... Yo soy el verdadero maestro de la Varita Antigua.
Un brillo rojo y dorado penetró de repente a través del cielo encantado sobre ellos, mientras el borde de un deslumbrante sol apareció sobre el marco de la ventana más cercana. La luz pegó en ambas caras al mismo tiempo, de modo que Voldemort se había convertido de repente en una figura borrosa llameante. Harry oyó la alta voz gritar mientras él, también, gritaba su mayor esperanza hacía los cielos, apuntando con la varita de Draco:
-¡Avada Kedavra!
-¡Expelliarmus!
El bang fue como la explosión de un cañón y las llamas doradas que surgieron entre ellos, en el centro del círculo que habían estado trazando, marcaron el punto donde los hechizos chocaron. Hary vio el rayo verde de Voldemort chocar con su propio hechizo, vio la Varita Antigua volar alto, oscura bajo la luz del sol, girando a través del aire hacía el maestro que no mataría, que finalmente había tomado posesión de ella. Y Harry, con la infalible habilidad del buscador, atrapó la varita en su mano libre mientras Voldemort caía hacía atrás, con los brazos extendidos y las finas pupilas de sus ojos escarlatas girando hacía arriba. Tom Riddle golpeó el suelo con un final mundano, su cuerpo débil y contraído, las blancas manos vacías, y el rostro de serpiente vacío y irreconocible. Voldemort estaba muerto, asesinado por su propio hechizo rebotado, y Harry estaba de pie con dos varitas en su mano, mirando el cuerpo de su enemigo.

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Pronto más textos de otro de mis libros favoritos.

Un Saludo,

Artic.

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